"A orillas de Tánger" es un libro de Víctor Pérez Pérez. Un niño perteneciente a una familia de inmigrantes, narra sus vivencias en Tánger, entre 1950 y 1958. Intercalándose a su narración, una niña marroquí de su misma edad también cuenta sus vicisitudes. El resultado es un refrescante paseo por las costumbres de dos pueblos cercanos y diferentes. Lectura para todos los públicos. El libro está disponible en Bubok Publishing, S.L.: http://www.bubok.com/libros/187767/A-orillas-de-Tanger
A orillas de Tánger
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Bienvenido a una singular encrucijada: el Estrecho de Gibraltar. Al este, el Mediterráneo y al oeste, el Atlántico, al norte, Europa y al sur, África.
A través de la Historia, el Estrecho de Gibraltar ha sido y sigue siendo el punto de encuentro de las principales civilizaciones jamás conocidas.
Vivir en el entorno de esta encrucijada, es sencillamente un privilegio.
Hace mucho que te había dicho, en voz viva, Víctor, cuánto me ha gustado seguir las andanzas del pequeño Víctor y de la niña Malika. Y me doy cuenta que no había publicado en este blog, lo que corrijo ahora mismo. Dos vidas muy cercanas y al mismo tiempo muy diferentes. Dos infancias entre alegrías y dificultades, una más difícil que la otra, sin llegar a decir que la tuya fue un camino de rosas. Nada de linealidad en tu manera de contar, aunque, sí, aparece en filigrana una discreta cronología. Esta manera de relatar por temas, como «El botiquín de mi abuela», «La murallita» «Coser y cantar», «El guatecón de Mariluz» o también «Antonio Vázquez» permite al lector medio entre cuales me sitúo, entrar poco a poco en el ambiente del Tánger internacional, hacerse una idea de la ciudad cosmopolita y de la vida de la gente humilde en esta época.
ResponderEliminarLo que sobretodo me asombró leyendo este relato de una infancia, es que nunca caes en los lamentos nostálgicos elegiacos del «antes, todo era mejor». No, antes, había dificultades y buenos momentos. Y así es la vida. No son postales borrosas del pasado. Son momentos de vida; de vida real, contados con sensibilidad y un humor cariñoso y encantador.
Muchas gracias, Aire Azul, por tus comentarios que, como siempre, me abruman.
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